Vistas de página en total

domingo, 26 de octubre de 2014

Desafio Cantabria 2014.


Con esta carrera doy por acabada mi primera temporada de Trail y la verdad es que no se puede estar más conténto.

Cuando hace menos de un año empezó a rondar por mi cabeza la idea de hacer una ultra algún día, lo que yo imaginaba mientras leía las crónicas de otra gente o escuchaba las historias de mis compañeros de quedadas, era una especie de infierno, mezcla de calambres, ampollas, molestias estomacales y dolores insoportables de rodilla.

Por aquel entonces, terminaba arrastrandome cualquier carrera, ya fuera la  Panes-Potes, una media Maratón, o hasta una de 5 km, pero sin ser del todo consciente de ello,  ya había decidido en mi interior que algún día me armaría de fuerza y conseguiría mentalizarme para pasar por ese infierno aunque sólo fuera una vez en la vida para demostrarme a mi mismo hasta dónde puede llegar mi capacidad de sacrificio y también, por qué no, para tener una buena historia que contar a los nietos.

Desde luego lo que entonces no podía imaginar es que, unos meses más tarde,  podría terminar una ultramaratón con tan buenas sensaciones, sin tener que recurrir para nada a la fuerza de voluntad  y además pasándolo bien en todo momento.


La carrera.

El viernes 17 de Octubre a las 19 horas, pongo rumbo a San Vicente de la Barquera para recoger el dorsal y entregar las bolsas con la ropa de recambio y demás enseres que la organización trasladará hasta Lebeña, en mitad del recorrido.
Al llegar está todo dispuesto para disfrutar de una deliciosa cena a base de pasta y ensalada , que los voluntarios han preparado con mimo.
Me siento a cenar con los compañeros de La Marea Azul y con el buen ambiente que hay se me pasa el tiempo volando hasta la hora de la charla técnica. Luego hacemos algo de tiempo  y a las 23 horas nos dirigimos todos a la zona del puerto para el control de material. Allí seguimos pasando el rato entre fotos y risas, pero la verdad es que yo ya me empiezo a notar muy nervioso.






San Vicente- Gandarilla.
(1h 21 min)

La salida es a las 00:00, y junto a otro compañero, soy de los primeros en entrar a la zona vallada reservada para corredores, sin saber muy bien cómo, acabamos situados delante del todo , entre todos los gallos favoritos a la victoria.
La verdad es que es un momento divertido, comentando que si éste es el que ganó el año pasado, que si aquel es muy bueno, que esto y lo otro, pero yo estaba muy pendiente de buscar dónde apartarme en el momento de la salida para no ser atropellado.


El temido momento por fin llega y ahí estoy yo en el grupo de cabeza al ritmo de los  primeros y sin pasar ni vergüenza. La verdad es que no cuesta nada correr a este ritmo, empujado por los ánimos de la gente de San Vicente que abarrota las calles.
De repente me acuerdo de que ésto son 90 Kilómetros y mucha cuesta y me obligo a bajar el ritmo muy por debajo de lo que me pide el cuerpo. Así piano piano, llego al primer avituallamiento cumpliendo el horario que tengo marcado en mi chuleta.
Gandarilla: 1:21 de la madrugada.

Gandarilla-Cades.
(59min)

El ambiente al llegar a Gandarilla es increible con mucha gente animando por la calle. Bebo un vaso de agua en el avituallamiento, saludo rápidamente a un par de conocidos que andan por allí y me adentro de nuevo en la oscuridad.
Nunca había corrido de noche y me resulta muy curioso ir viendo tan sólo el metro cuadrado de mundo que tengo frente a mi, es como si el resto no existiera.
Veo de nuevo las luces de la civilización, mucha gente animando y un avituallamiento repleto de comida y bebida, estoy en Cades. 2:20 de la madrugada.

Cades- Cicera.
(2h 56 min)


 En Cades relleno bien los depósitos porque toca un sting largo, como dirían en formula uno. Me adelanta gente conocida que, por otra parte van a un ritmo asequible para mi, pero no intento seguirles, prefiero conservar fuerzas y además estoy disfrutando mucho corriendo solo a la luz de mi frontal.
En medio del bosque hay un avituallamiento liquido, pero esta agotado, menos mal que fui previsor y llené bien los bidones. Así todo ya pita la reserva.
La bajada hasta Cicera es espectacular, muy técnica y divertida. Y yo que pensaba que la primera mitad de la carrera iba a ser un mero tramite.
Cicera: 5:17 de la mañana.

Cicera-Lebeña.
(1h 23 min)

En el avituallamiento de Cicera hay un gran ambiente ya que además es la meta del Medio Desafío. Me resulta muy curioso el contraste al salir del bullicio y adentrarme a los pocos metros en una soledad absoluta. Sigo corriendo la carrera solo y me encanta, nada mas se oyen los campanos de algunas vacas que se asustan a mi paso.
A veces coincido con otros corredores y me doy cuenta de algo que me parece curioso, mucha gente me adelanta en las subidas , pero luego les paso con facilidad en el llano y las bajadas, es algo que tendré que mejorar la temporada que viene.
Lebeña: 6:40 de la mañana.

Lebeña- Ullances.
(2h. 33 min.)

Llego a Lebeña a las 6:40, lo primero que hago es comer y reponer liquidos. Los voluntarios en todos los avituallamientos son súper atentos, estan pendientes de que no te tengas que rellenar tú mismo las botellas y además te animan mucho, un 10 para ellos. Me ofrecen un caldo caliente que me sienta de maravilla.
Después tranquilamente recojo mi bolsa para cambiarme de ropa, me echo crema solar, aunque no ha amanecido todavía, y repongo los geles y barritas de mi mochila. También paso un buen rato charlando con varios compañeros.
A toro pasado pienso que quizás me entretuve demasiado en los avituallamientos, viendo lo fresco que terminé al final, pero bueno, era la primera vez y se trataba de acabar.
Al salir de Lebeña voy con un compañero, pero cuando la cuesta se pone seria le digo que tire porque va mucho mejor que yo. La verdad es que a partir de este momento nos encontramos varias veces durante toda la carrera, me alegro de que él también lograra terminar.
Aunque parecia que no iba a amanecer nunca, por fin se digna a salir el sol cuando las pilas de mi frontal ya pedían socorro.
El paisaje mientras ascendemos los puertos de Ullances amaneciendo es una de las cosas mas bonitas que recuerdo haber visto nunca.
Ullances: 9:14 de la mañana.

Ullances- Brez.
(1h 33 min)

Recuerdo que en esta parte de la carrera tuve que estar aguantando los caballos todo el tiempo porque me encontraba pletórico y mi cuerpo me pedía ir más y más deprisa. No se me iba de la cabeza esa frase que dice: " si durante una ultramaratón te encuentras estupendamente, no te preocupes, se te pasará", además esta parte del recorrido ya la conocía y sabia que lo que tenia por delante no era ninguna broma.
Brez: 10:47 de la mañana.

Brez- Aliva.
(2h 32 min)

En el avituallamiento de Brez estaba como voluntario un vecino de cuando vivía en Torrelavega, montañero de los de toda la vida. Le dije: " ahora que te he saludado me vuelvo para San Vicente".
La verdad es que nos trató muy bien y daba pereza irse. Allí quedaron también varios corredores que conozco y que no tardarían en adelantarme.
Subiendo al Collado de Camara tuve la primera mini-pajara, es lo más cerca que estuve en toda la carrera de encontrarme mal. El caso es que descansé unos minutos, comí, bebí un poco y para arriba. Esta claro que las subidas son mi asignatura pendiente.

Al llegar al alto, unos chicos que había me avisaron de que al otro lado hacia viento, que me abrigara, así que me puse el chubasquero y me quede un ratillo charlando para recuperar fuerzas.
Bajando me encontré a un compañero de la marea azul que iba fastidiado y quería abandonar. Recordé que llevaba ibuprofeno encima y se lo ofrecí, " vamos hombre llega hasta Aliva y allí te lo piensas que vamos bien de tiempo", la verdad es que llegados al avituallamiento, el equipo de apoyo de la marea azul no le dió otra opción que no fuera acabar la carrera.


El avituallamiento de Aliva era una autentica fiesta, lleno de caras conocidas y de buen rollo, tanto que me entretuve demasiado, pero por primera vez sentí que esa carrerra la iba a terminar seguro.
Aliva: 13:19 del mediodía.

Aliva-Portillas de Igüedri.
(1h 42 min)

Salí de Aliva junto a un par de amigos  que son muchisimo mejores que yo en esto, pero ése día iban bastante tocados, algo bastante normal después de 70 kilómetros.
Lo que no era normal era lo bien me encontraba yo y las ganas de correr que tenía, así que pasada la horcadina de Covarobres me despido de ellos deseándoles suerte y me embalo camino de Igüedri.
Igüedri: 15:00 de la tarde.

Igüedri- Fuente Dé.
(1h 22 min)

Menuda fiesta tienen montada aquí los voluntarios! Me dan ganas de quedarme con ellos, pero mi objetivo esta cerca, sólo tengo que subir una ultima montaña y dejarme caer hasta la meta.
La subida se me hace interminable pero ya me da igual perder unos minutos, es imposible que no lo consiga.
Nada más coronar me pilla el compañero con el que salí de Lebeña y le digo que pase que va como una bala. Da gusto oírle gritar de alegría bajando por el camino del hachero, el año pasado tuvo que retirarse y ahora ya sabe que lo va a lograr.
Fuente Dé: 16:25 de la tarde.

Fuente Dé- Espinama.
(30 min)

En Fuente Dé me esperan mis padres, mi mujer y mi hija, que viene corriendo a darme un beso, les digo que se den prisa que en nada llego a la meta.
Es tal el subidón que me da al ver a mi familia que me marco un parcial que no se yo si podría igualar saliendo fresco, hasta la meta paso a siete corredores, incluido el que habia sido mi compañero varios tramos durante la carrera y que me acababa de pasar bajando por el Hachero. En un suspiro llego a la meta y no puedo evitar emocionarme al volver a ver a mi familia y a algunos de mis mejores amigos que me han venido a ver. Allí estaban también los compañeros de la Marea Azul que tanto nos han animado durante toda la carrera, a todos ellos gracias, sois la hos...

Hasta aquí la historia de esta ultra, ya vendrán otras en las que me toque sufrir como un perro y quizás hasta retirarme, pero si tengo que elegir una palabra para resumir lo que sentí en ésta es DIVERSIÓN.

Espinama: 16:55 de la tarde, casi 17 horas de carrera.




miércoles, 17 de septiembre de 2014

I Trail Vega de Pas




El Domingo 14 de Septiembre participé en el Trail de La Vega de Pas (Tunel de la Engaña) y saqué una conclusión clara: Tengo que aprender a descifrar los perfiles de las pruebas...



El caso es que me tomé esta carrera como un entreno de calidad, de cara al Desafío Cantabria, y como me pillaba en día libre , allí me presenté.

Como siempre me encontré con una amplia representación de La Marea Azul, el equipo de referencia en la región.





Los primeros dos kilómetros los hice bastante rápido, intentando no perder de vista a dos o tres corredores que tengo fichados de otras carreras y me sirven de referencia para saber qué ritmo llevar, ya que me dosifico fatal y siempre termino las carreras arrastrandome.

Cuando llegamos a la primera cuesta tengo que bajar el ritmo y las liebres se me escapan, no pasa nada, habrán entrenado mas... Despues de un inicio de cuesta muy duro, sigue picando para arriba, pero ya me permite correr, por lo menos lo suficiente para no salir andando en la foto, que parece que hace feo.




Enseguida me encuentro a Jose, que participa en la marcha a pie, y decide correr un rato conmigo. Este tramo de la carrera es muy divertido, pasamos por un caminillo de bosque con muchas curvas y toboganes y me lo paso en grande.

Jose se despide porque tiene que esperar al resto de su grupo y yo continúo bajando a tumba abierta por la parte mas divertida del recorrido, esquivando a los andarines y picado con algún que otro corredor. La parte buena de subir cuestas es que después suele haber una bajada, y si es tan divertida como ésta pues mejor.

Continuamos por pistas y atravesamos los famosos tuneles. Aunque yo llevaba linterna frontal podría haber pasado sin ella, la verdad es que el suelo esta bastante liso y corriendo en grupo, se pasa sin mayores problemas, ya sea arrimándose a uno que si la lleve, o agarrándote al de al lado si tropiezas, todo vale.

Sigo raudo y veloz por una pista hasta mas o menos el kilometro 17 donde hay un avituallamiento y se dividen los caminos del Trail y la ruta a pie. En este momento es cuando veo la inmensa cuesta que tengo delante "MADRE MIA! En el perfil no parecía para tanto". Además ya son mas de las doce y el sol alumbra con alegría.

La verdad es que una vez metido en faena la subida en cuestión no es tan dura como aparenta sino muchísimo peor, con una pendiente brutal y sin una huella que te permita pisar en condiciones, lo que te obliga a subir de puntillas sobrecargando los gemelos hasta que los notas arder.

En el primer cuarto de la pendiente apenas corre el aire y se me acaba el medio litro de agua que acabo de rellenar en el avituallamiento, lo que hace que el resto de la subida se me haga realmente larga y penosa.


Tras coronar hay un bonito cresteo, pero las piernas no van muy finas y me cuesta correr. Cuando empieza la cuesta abajo recupero un poco las buenas sensaciones, pero tengo más sed que un perro.

De repente me parece ver un avituallamiento, tal vez sea un espejismo, pero al acercarme me doy cuenta de que es real.

La excesiva sed me hace beber demasiado y muy deprisa, así que el resto de la carrera tengo una sensación desagradable al correr cuesta abajo con todo ese agua botando en el estomago, menos mal que ya no queda nada.

Durante el ultimo kilometro se ve la meta desde lo alto y eso me da ánimos, la verdad es que es impresionante ver desde alli arriba el tinglado que hay preparado. La organización se merece un diez.

Al final entro en meta en el puesto 85 con un tiempo de 3 horas, 20 minutos y algunos segundos.


domingo, 29 de junio de 2014

Pico San Carlos y La Padiorna.

Crónica de la ascensión al pico San Carlos(2.390m.) y La Padiorna (2.319m.)




Esta excursión estaba organizada por  La Marea Azul que suele hacer una cada mes. Yo casi nunca puedo acompañarles por el dichoso trabajo, pero esta vez no tenía que currar y no me lo pensé dos veces. 


La previsión meteorológica era confusa y, cómo tampoco tenía yo muy claro si era una excursión andando o si también habría un grupo de corredores, me vestí de manera que pudiera hacer ambas cosas, con mallas piratas, camiseta técnica , cortavientos de running y zapatillas de trail. Además preparé la mochila de 5 litros con agua, fruta, geles y una chaqueta por sí se ponía fea la cosa.
El grupo había quedado a las 7:30 en el parquing de La Lechera o a las 9:00 en Fuente De.
Como  perdí más tiempo de la cuenta en desayunar tuve que optar directamente por la segunda opción.

Una vez allí me aclararon que la excursión iba a ser andando ya que los corredores estaban disputando el Gran Trail Peñalara, nos montamos al teleférico y para arriba.
La mañana estaba fresca, pero hacia sol y sólo había nubes en las cumbres que se negaban a desaparecer, vamos que era la típica mañana en la que la ropa te va sobrando a medida que andas, pero que como te pares te quedas tieso.


Tras esperar al resto del grupo, ya que no cabíamos en el mismo viaje del teleférico, nos hacemos las fotos de rigor y nos dirigimos por la canal de San Luis en dirección al Pico San Carlos, con tanto santo yo ya no sabía sí ésto era una excursión del Torrevelo.

Luis, que hace de guía, nos va explicando mientras caminamos el nombre de los distintos picos y canales, por allí se va a Cabaña Verónica, aquí acaba La Genduda, aquello es Peña Vieja...
La verdad es que se agradecen las explicaciones, es mi primera excursión de montaña y estoy encantado de todo lo que estoy aprendiendo así como del paisaje. Todavía hay algo de nieve, también vemos vacas, cabras y corzos (tal vez sean rebecos que yo de estos bichos tampoco entiendo mucho), y unos pájaros muy simpáticos que se acercan a nosotros en busca de comida y a los que llaman " Chovas".


Yo voy encantado con las explicaciones de Luis, con el paisaje y con mis nuevos bastones que, por cierto, estoy estrenando.

En un momento dado torcemos a la derecha y el camino se empina cada vez más hasta tener que dejamos de caminar y comenzamos a trepar hasta la cima del Pico San Carlos. Muchos deciden dejar aquí sus bastones para tener libres las manos, incluso una chica no puede subir y tiene que esperarnos junto a los bastones.
Desde arriba las vistas son impresionantes, se ve Peña Vieja, Horcados Rojos, Cabaña Verónica, Torre Altaiz, Hoyo Oscuro, Pico Sin Nombre, La Padiorna y más nombres de los que no me recuerdo,  espero poder subir más veces y algún día conocerlos todos.







Como supongo que pasa casi siempre, descenso resulta un pelín más complicado que subir. Poco a poco bajamos como podemos  y en fila India, de vez en cuando alguien tira una piedra sin querer y todos gritamos " piedraaaaaaa" pero siempre sin consecuencias. En la bajada encontramos el cadáver de un pequeño corzo y nos preguntamos qué le habrá pasado.Una vez abajo recuperamos los bastones y la chica que habíamos abandonado temporalmente y nos dirigimos a la cima de La Padiorna.


Este ascenso resulta más fácil que el anterior, tan sólo tenemos que caminar por un pequeño sendero hasta la cima. Desde aquí las vistas también son espectaculares, tanto que no nos fijamos en el suelo y alguien pisa sin querer un pequeño nacimiento que hay en el suelo. Algún artista ha tenido a bien montar el Belén a dos mil y pico metros, como dijo aquel sabio, " hay gente pa to".

Descendemos de la cima y nos dirigimos a los Tornos de Liordes, por donde bajaremos a Fuente Dé.
A medio camino el grupo decide parar a comer el bocata y yo me despido de ellos porque ya me había comido la fruta y los geles. El resto del descenso lo hago trotando aunque paro a sacar un par de fotos, estoy impresionado viendo la base del teleférico desde aquí arriba.

He quedado encantado con esta marcha, intentaré volver este mismo verano pero a ver si la próxima vez no usamos el teleférico y subimos andando por la Genduda.







domingo, 22 de junio de 2014

Vueltuca Sopera de Casar 2014.



Ha pasado casi un mes desde los 10000 del Soplao y decidí apuntarme a esta carrera sin ninguna pretensión de tiempo, sin preparación específica y sin ningún tipo de estrategia. Digamos que todas las carreras a las que me apunte hasta Octubre que será mi gran reto, las tomaré como entrenamiento y sobre todo las afrontaré con la única intención de divertirme.

Tras "el Soplao" acudí a la doctora Begoña Manuz, que es médico deportivo, con la intención de que me diseñara un plan de entrenamiento para mi objetivo de Octubre que ya os contaré cual es.
Una de las directrices más importantes del entrenamiento planteado por la doctora es realizar casi la totalidad del mismo por debajo de 140 pulsaciones. Este hecho creo yo, hace que en las carreras de cierta distancia me encuentre un pelín falto de chispa, pero muy entero muscularmente. Es decir, que no consigo ir tan deprisa como me gustaría, pero tampoco agonizo en el último tercio de la carrera como solía hacer cuando seguía un plan específico para, por ejemplo, una media maratón.

El caso es que elegí esta carrera porque es una distancia suficiente para tomármela como un buen entreno y, sobre todo, porque era mi fin de semana libre del mes, ya que trabajo a relevos.
En un primer momento me había tentado la idea de hacer la " Caballucos del Diablo", que tiene muy buena pinta y se disputaba ésa misma noche, pero luego decidí que no porque pasar la noche en vela me supondría estar mal al día siguiente, perder tiempo de estar con la familia y volver el lunes al trabajo sin apenas descansar.

Total que al filo de las nueve de la mañana me presento en Casar de Periedo a tiempo para ver la salida de las bicicletas. Cuando pasan todos los ciclistas nos toca el turno a andarines y corredores mezclados en una salida un tanto caótica.
Como casi siempre, la gente sale muy deprisa y  me quedo bastante rezagado, pero antes de abandonar el pueblo ya voy situado más o menos en la mitad del pelotón.
En las primeras cuestas me vuelven a pasar unos cuantos, ya que yo siempre subo andando porque no me compensa pegarme calentones en las cuestas para luego arrastrarme en el llano. A algunos de los que me adelantan les recupero la posición en los llanos, pero otros sencillamente son más rápidos y ya no les volveré a ver el resto de la carrera.

La chica que quedó la primera también me adelantó en una de las subidas, pero yo bajaba un poco más deprisa y nos pasamos gran parte de la carrera adelantándonos mutuamente, así que terminamos charlando un buen rato sobre el calor que hacía, sobre sí nos habríamos perdido o si sería por allí, sobre recientes lesiones  etc. Incluso me comentó que era de la zona y que por eso la animaba tanta gente. Así charlando pasamos unos cuantos kilómetros, hasta que en una de esas subidas me adelantó de nuevo y ya no la volví a ver.

Normalmente en todas las carreras yo voy de más a menos y en la parte final me adelanta mucha gente, es algo que trato de mejorar pero de momento no consigo dar con el ritmo adecuado. En esta ocasión también me pasarían unas diez personas, pero al final me encontré bastante fuerte y recuperé unas  cuatro o cinco posiciones e incluso terminé con un magnífico sprint peleando la posición incluso a las bicicletas.

En cuanto al trazado he de decir que es muy bonito. La primera parte no tiene nada de particular, todo por el pueblo y varias pistas, pero después se va por unas antiguas minas, pasando a través de los túneles a oscuras y siguiendo las antiguas vías de las vagonetas. Os recomiendo de verdad que sí podéis os acerquéis a dar un paseo por esta zona, merece la pena.

Una vez en meta, masaje gratuito para las maltrechas piernas y una deliciosa paella con cervecita bien fresca incluida. La verdad es que me divertí mucho y es una de esas carreras en las que posiblemente repita.

Al final 3 horas justas de carrera y terminé en el honroso puesto 44. No os imagináis el subidón que me llevé al ver la clasificación hasta que me di cuenta de que éramos menos de 90 corredores, pero bueno ahí estoy de la mitad para adelante, que ya es algo.


lunes, 26 de mayo de 2014

Maratón del Soplao 2014 (crónica)



 Esta es la cronica de lo que ha sido mi primer maratón de montaña y primer maraton en general.
La preparación de la carrera muy justita , como es costumbre en mi, y los objetivos muy ambiciosos pero a punto estuve de lograr mi marca prevista.

La noche previa no hubo manera de pegar ojo, como supongo que nos pasa a la mayoría, así que a las cinco de la mañana ya estaba en la cocina degustando  unos deliciosos espaguetis con tomate y carne picada que han constituido mi desayuno, comida y cena los últimos dos días.
La mochila con el agua, los geles y las barritas , así como guantes y chubasquero, ya la tenía preparada el día anterior, así que me unto bien de vaselina, me pongo el traje de luces y me dirijo a Cabezón de la Sal dispuesto a realizar mi mejor faena.

Al llegar a Cabezón hay atasco como era de esperar y , cómo voy justo de tiempo, aparco como puedo en un Lupa que hay a un par de kilómetros del pueblo. Después de la carrera lamentaré esta decisión.

Tras estar un buen rato en la salida con los andarines, me dicen que no es ahí y me voy corriendo a la salida de los de la maratón. Una vez aquí resulta que hay que esperar unos veinte minutos a que salgan todas las bicis ( me habría dado tiempo a aparcar con más tranquilidad sí llego a saber esto  pero así es la vida).
En la salida me encuentro con varias caras conocidas, como Barategui que los tiene cuadrados y también va a debutar en la maratón con un mes escaso de preparación, charlamos un ratillo, un compañero del curro nos hace una foto y a correr se ha dicho, a partir de aquí cada uno a su carrera.

Los cinco primeros kilómetros son llanos hasta llegar a Santa Lucía y, aunque intento tomármelos con tranquilidad, me parece que todo el mundo va muy deprisa y me dejo llevar por la manada.
Después hay que subir a la sierra del Escudo, hago toda la subida andando como tenía previsto, que esto es muy largo. Tras un divertido cresteo llegamos al mal llamado cortafuegos, para muchos temido, pero que a mi me encanta. Enseguida llegamos al avituallamiento de Ruente marcando un parcial de una hora y quince minutos, cinco minutos menos de lo que tenía previsto. Un trago de Aquarius y a correr que nos pilla el toro.



El ambiente al pasar por el puente de Ruente es espectacular, una señora incluso me llama guapo, andará mal de la vista la pobre!
Al dejar atrás el pueblo empieza una subida por pista que hago trotando y andando, muy pendiente de comer y beber todo el rato que es parte fundamental de mi estrategia de carrera. Quiero estar fuerte para engarrarme con el famoso "hombre del mazo" que me han dicho que esta esperando en el Toral.

Tras la subida por pista nos adentramos en un divertido bosque que nos llevarà a la campa de Ucieda.
Casi al llegar a campa y en un camino que no tiene nada de técnico, me pego el ostiazo de mi vida., (Y yo que presumía de que en mis cuatro largos meses haciendo trail running no me había caído nunca). Me hago un agujero curioso en el codo que sangra mucho y , para colmo, un chavalillo todo loco se pone a atajar llegando a la campa y se me echa encima sacándome del camino, le saludo y llegamos a la campa de Ucieda con un parcial de dos horas y quince minutos, manteniendo cinco minutos de ventaja sobre mi previsión.
Me cómo un plátano y la gente del avituallamiento se ofrece a llenarme el botellín. Un 10 para ellos¡
Un poco más adelante veo una carpa de la Cruz Roja y paro para que me curen el codo que tiene un golpe muy feo y no paró de sangrar. Aquí pierdo unos diez minutos que se me hacen eternos pero nadie me mandó caerme.

Tras la parada en boxes salgo calentando neumáticos y empieza una subida que me tomo con calma siguiendo mi estrategia de subir todas las cuestas andando y comiendo constantemente. Luego viene la Ruta de los Puentes y así trotando y comiendo van pasando los kilómetros hasta Brañazarza.
Es increíble lo bien que me encuentro, el camino no está muy embarrado y la temperatura es perfecta para correr. Mi objetivo es coronar el Toral en cuatro horas y cuarenta minutos y de momento voy bien de tiempo y muy entero.

El camino hasta el Toral es un continuo sube y baja y yo estoy esperando la llegada del hombre del mazo pero el cobardíca no se atreve a venir a por mi.
Subiendo el Toral se me cargan los cuadriceps y me lo tomo con calma, además el sol hace su aparición y se me hace pesado.
Se escucha una musiquilla de gaita y los gritos de ánimo de la gente que nos espera en la cima. Al coronar veo caras conocidas, alguno de La Marea Azul, mi flamante equipo.
Corono el Toral cumpliendo por los pelos mi previsión de cuatro horas y cuarenta minutos. Según el perfil de la prueba, a partir de aquí quedarían unos quince kilómetros prácticamente cuesta abajo y dispongo de una hora y cuarenta minutos para completarlos si quiero acabar la carrera en menos 6 horas, algo que sobre el papel es perfectamente factible, pero que equivocado estaba... A partir de aquí comenzaría mi pequeño "Infierno Cántabro".

Los cuadriceps se me suben constantemente y a penas puedo correr. Aunque me encuentro muy bien de fuerzas, se me esta haciendo esta parte muy larga y aquí ya me doy cuenta de que voy a perder el euro que me he apostado con los del trabajo. Esto me pasa por pensar que pasando el Toral ya estaba todo hecho. A partir de aquí me pasa mucha gente y los pequeños repechos que en el perfil son inapreciables se me hacen un mundo. Ya no se sí son peores las subidas o las bajadas las piernas me están matando hasta el punto de tener que parar varias veces hasta que mis músculos decidan que me dejan seguir otro poco. No me consuela ver que a más de uno le está pasando lo mismo que a mi.

Ya en el llano el hombre del mazo se atreve a aparecer, ahora si que no son sólo los problemas musculares sino  que además me entra un pajarón como una casa, a pesar de haber comido y bebido como un animal durante toda la carrera. Como muestra decir que los últimos tres quilómetros tardé media hora en completarlos.

En este tramo compartí sufrimiento con uno de la ultra, creo que se llamaba Raúl, lo curioso es que el hombre me animaba él a mi. El de la ultra no paró de trotar en ningún momento y yo, a ratos andando y a ratos corriendo me descolgaba y le volvía a cojer.

Al llegar a Cabezón y gracias a los ánimos de la gente, me llegaron de nuevo las fuerzas, se me puso una sonrisa en la cara y pude llegar a meta con un ritmillo digno de un corredor de verdad.
Al llegar a meta el speaker comentó algo acerca del pañuelo que yo llevaba en la cabeza y de lo contento que se me veía. La procesión va por dentro caballero¡
Tiempo total seis horas y veinte minutos.

Me reuní con Javi y Rosana, que habían venido a verme y juntos comenzamos la odisea de llegar hasta el coche que dejé en el Lupa esta mañana.
Dos kilómetros andando a lo chiquito de la calzada se hacen muy duros .
 Duchita en el polideportivo y a tomar una merecida cerveza. El año que viene a mejorar tiempo intentando repetir los aciertos y corregir los errores.

Un saludo!